Con este post queremos romper el mito de la acústica especializada. Inherentemente una vez que pensamos en un teatro, nos vienen a la cabeza imágenes de salas acústicamente excepcionales, o que al menos lo intentan, sin embargo es muy fácil observar que la acústica nos rodea en todo lo que hacemos diariamente, ¿ por qué ?, ¡ porque tenemos orejas !
Sí, así es. Como tenemos orejas podemos escuchar y, aunque no seamos expertos en acústica, podemos notar las diferencias al entrar en una iglesia románica del siglo X a entrar en una sala actual de cine, y nos viene a la mente la palabra eco o reverberación. Cualquier sitio cerrado, repito, cualquier espacio cerrado va a tener reflejos de sonido indeseados, o no. Es decir, al final, todas las salas en las que pasamos nuestro día a día debieran estar acondicionadas en base a los niveles de inmisión de las mismas y los elementos que las componen. En su casa, en la oficina, en el cine, en el área recreativa de niños, en el centro comercial, cafeterías, restaurantes, open office, todos estos lugares, y muchos otros, tienen algo en común y es que… ¡ están cerrados !.
Pongamos un ejemplo cotidiano, imagínese que está usted en
su sala de conferencia, de cristal, por lo que a su alrededor no hay más que
superficies reflectantes; esto perjudicará notablemente que usted pueda
mantener una conversación normal con sus compañeros de trabajo, o en la llamada
internacional con su cliente. El diseño acústico de interiores es algo
determinista para poder conseguir el resultado esperado. Materiales
absorbentes, reflectantes, y difusores de sonido han de ser estudiados en
profundidad y ser estratégicamente colocados para hacer su función
correctamente. Si tenemos una mala disposición, o distribución espacial, la
afectación puede ser máxima, por lo que es recomendable siempre analizar las
peculiaridades de cada sala. No todas las salas pueden ser tratadas de la misma
manera.
Un error común a la hora de instalar este tipo de absorbentes es creer que cuanto más pongamos mejor. Sí es cierto que hay condiciones especiales que requieren de una mayor absorción, sin embargo nuestro cerebro no está acostumbrado a este tipo de entornos anecoicos (salas con cero reflexiones). Dado que todo lo que nos rodea es susceptible de emitir un reflejo, por ende, nosotros escuchamos el sonido directo y posteriormente una serie de reflexiones que provienen de diferentes objetos, ya sean paredes, suelos, techos o incluso el mobiliario. Es decir, si llenamos la sala de absorción tendremos un lugar sumamente seco en el que estaríamos incómodos solo por el hecho de que no estamos acostumbrados a escuchar sonidos en estos entornos.
El balance, o el impacto, de los materiales colocados en la actividad que usted realiza deben ser analizados y estudiados en detalle para poder garantizar el confort acústico. Lo importante de la acústica de salas se resume en tres pasos simples: A) Analizar, B) Diseñar y C) Ejecutar y comprobar. De igual modo que si usted tiene un problema médico va a al Doctor para que le analice, le recete y después compruebe que todo va bien. Desconfíe si alguien intenta saltarse algún paso, ya que como hemos dicho, todas las salas son diferentes y no se puede aplicar la misma solución a dos salas, podrán ser parecidas, pero no iguales.
